Al retomar rutinas es un momento clave para no perder de vista la ciberseguridad en todos sus ámbitos.
Si eres estudiante, profesional o si incluso estás disfrutando de un tiempo libre con cualquier dispositivo conectado a internet, es necesario prestar atención a los posibles ataques de phishing y malware.
La cibercriminalidad no para de crecer, se ha visto registrado un aumento del 18,3% en los casos de delito en la red.
Es primordial que cada individuo y que cada organización tenga nociones de cómo salvaguardar su ciberseguridad y, sobre todo, que no le tengan miedo al propio concepto de preocuparse por estar ciberseguro.
Los smartphones y las tabletas son una puerta de acceso fácil a las redes corporativas y aunque las vacaciones son ideales para llevar a cabo una sana desconexión digital, en ocasiones todavía se mantiene un contacto ocasional con la empresa.
Es de suma importancia mantener la adecuada precaución con el uso compartido de dispositivos móviles personales, utilizados tanto para el acceso a estos entornos digitales en remoto, como para usos privados que pueden poner en riesgo la integridad de la ciberseguridad de la compañía.
En todo el mundo se poseen decenas y centenares de cuentas personales en páginas web, redes sociales, banca online y muchos datos más que se van acumulando a lo largo de los años. Todos estos usuarios y contráelas deben estar protegidos no solo por combinaciones únicas y fuertes, si no también por sistemas de factores de autenticación o códigos propios de autorización.
Los fraudes en la red ocurren diariamente y de muy diferentes formas: a través de múltiples vías, ya sea un email, un simple SMS e, incluso, en webs espejo que suplantan páginas legales y resultan aparentemente reales.
Lo recomendable, incluso, es comunicar a los más pequeños de la familia, la importancia de mantener a salvo la privacidad digital en cualquier momento de la vida, haciendo hincapié en la seguridad que hay que tener en cuenta con el uso de dispositivos electrónicos conectados a internet.